Un CCTV o circuito cerrado de televisión es una instalación o sistema integrado de equipos conectados que generan un circuito de imágenes que solo puede ser visto por un grupo determinado de personas, estas se personalizan para adaptarse a las necesidades de cada cliente, bien sean orientadas a la seguridad, vigilancia o mejora de servicio.
La compra e instalación de un circuito cerrado de televisión permite monitorear de forma constante e integral, en tiempo real, lo que sucede en un determinado espacio y/o ambiente. Así mismo, el almacenamiento de los archivos de video para posteriores visualizaciones y análisis.
Cuando se cuenta con un circuito cerrado de televisión, la sensación de seguridad dentro de espacio en el que se haya establecido se incrementa, pues el hecho de saber que alguien más observa o supervisa lo que sucede, genera una sensación de confianza ante lo que pueda pasar.
Las cámaras de seguridad tienen un gran poder de disuasión frente a todo tipo de conductas o actividades que puedan ser constitutivas de delito, desde el hurto hasta las agresiones o riñas. De hecho, un sistema de circuito cerrado de televisión es un factor muy importante y determinante que puede reducir sistemática y considerablemente las perdidas en una empresa.
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